Robos violentos, descontrol los fines de semana y una creciente sensación de abandono. Vecinos de la zona sur de Mar del Plata denuncian que la inseguridad se ha vuelto insoportable, mientras el intendente Guillermo Montenegro sigue sin dar respuestas.
Violencia extrema y delincuentes impunes
El testimonio de quienes viven en la zona es alarmante. “Me golpearon y me balearon para llevarse el auto en marcha. Lo peor es que todos saben quiénes son, pero siguen actuando con total impunidad”, relata una víctima. “Mi amiga y yo estamos vivas de milagro. Todos los días esas mismas motos con dos tipos armados roban autos en marcha. La zona se ha vuelto un infierno”.
A estos hechos se suman constantes asaltos en viviendas, amenazas y una creciente ola delictiva que mantiene a los vecinos en estado de alerta. “Todos los días pasa algo, pero cuando quisieron matar a mi hijo, dije basta”, comenta otra persona que ya decidió mudarse por miedo.
El otro problema: las fiestas electrónicas y el descontrol nocturno
Los fines de semana, el caos se multiplica con las fiestas electrónicas en la zona. Autos estacionados sobre las veredas, música a todo volumen desde los vehículos hasta la madrugada y personas tiradas en la calle al amanecer son parte del paisaje habitual. “Es imposible dormir. Se bajan de los autos, los dejan tirados y se van. A la mañana siguiente están durmiendo en las puertas de las casas o siguen con la música amplificada. No hay controles”, denuncian.
Montenegro, el gran ausente
El enojo de los vecinos tiene un claro destinatario: el intendente Guillermo Montenegro. La falta de patrullaje, la ausencia de controles y la inacción ante la creciente inseguridad han convertido al sur de Mar del Plata en tierra de nadie.
Mientras tanto, la violencia y el descontrol siguen en aumento, y la sensación de desprotección crece día a día.