El concejal de Acción Marplatense, Horacio Taccone, presentó un proyecto para el relevamiento y mantenimiento de todos los elementos ferrosos en Mar del Plata, que muestran claros signos de óxido y han provocado la caída de semáforos y luminarias.
“Eliminar la obra pública, como hacen Milei y Montenegro, no solo implica no hacer obras nuevas, también es abandonar lo que tenemos”, advirtió el edil.
Taccone explicó que “esto genera muchos riesgos: caídas, derrumbes, contaminación, heridas y cortes, mal funcionamiento y deterioro del entorno, entre otros. Una hamaca oxidada puede causar una tragedia para un niño, lo mismo la caída de un semáforo o una columna de alumbrado”.
“En la ciudad del abandono, el óxido corroe todo”
En los fundamentos del proyecto, el concejal remarcó que el mobiliario urbano es un elemento fundamental del espacio público, que contribuye a mejorar la calidad de vida, preservar la seguridad y satisfacer las necesidades de los ciudadanos, fomentar el uso adecuado de los espacios públicos, contribuir a la accesibilidad, mejorar y fomentar la estética de las ciudades, entre otras cuestiones.
“En la ciudad del abandono el óxido corroe el alumbrado público, la señalética vertical, los juegos de las plazas, los mástiles y todo lo que nos rodea. Lo que no es negocio, lo que no se puede privatizar, no es una prioridad para Montenegro. Así dejan que se deterioren los refugios de colectivos que no son atractivos publicitariamente, las escaleras de la costa, el puente de Punta Iglesia o las plazas de los barrios”, agregó Taccone.
Un plan para frenar el deterioro
La iniciativa del concejal crea un programa de mantenimiento general del material ferroso que tiene como objetivos el relevamiento, clasificación por categorías y cuantificación; el diagnóstico y propuesta de abordaje y finalmente la solución (reparación, sustitución o remoción) de los elementos de mobiliario urbano incluidos.
Para finalizar, el presidente del bloque de concejales de Acción Marplatense remarcó que “mientras el Intendente se jacta de reducir el gasto y ajustar el presupuesto, el óxido del abandono invade Mar del Plata”.