La icónica empresa láctea SanCor atraviesa una de las peores crisis de su historia. En las últimas semanas, envió alrededor de 350 telegramas de despido a trabajadores de sus plantas en Córdoba y Santa Fe. Según fuentes gremiales de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra), este número podría aumentar en los próximos días.
SanCor, que llegó a procesar más de 4 millones de litros diarios de leche, hoy apenas ronda los 200.000 litros, una cifra que representa el 5% de su capacidad histórica. En este contexto, dos de sus cinco plantas están casi paralizadas, mientras que las tres restantes operan al mínimo.
Una estructura en caída
La firma, que en su apogeo empleaba a 4.000 trabajadores, actualmente cuenta con 1.350 operarios activos. Desde Atilra señalaron que los despidos también incluyen a unos 300 empleados que no estaban trabajando en las plantas hace años, pero que no habían sido formalmente desvinculados.
Las plantas afectadas están ubicadas en las provincias de Córdoba y Santa Fe:
- En La Carlota y Balnearia (Córdoba), donde se producen quesos duros y semiduros, prácticamente no hay actividad.
- En Devoto (Córdoba), donde se fabrican queso crema y manteca, el panorama no es mejor.
- En Santa Fe, las instalaciones en Villa Gobernador Gálvez (procesamiento y maduración de quesos) y Sunchales (dulce de leche, leches larga vida, infantiles y en polvo) también operan con mínimos recursos.
Deudas y falta de inversores
SanCor enfrenta una deuda estimada en 400 millones de dólares, lo que complica la posibilidad de atraer inversores que puedan rescatar a la empresa. Según fuentes internas, la compañía sufre un “estrés financiero” que la obliga a fraccionar el pago de salarios, y en algunos casos, no puede cumplir con sus compromisos laborales.
Oscar Sapino, actual presidente de SanCor, envió recientemente una nota al secretario general de Atilra, Héctor Ponce, pidiendo colaboración para superar la crisis. Sin embargo, desde el gremio denuncian que los problemas se deben a años de desmanejos administrativos y financieros.
El ocaso de un gigante
SanCor supo ser uno de los referentes de la industria láctea en Argentina, con los tamberos como socios estratégicos. Sin embargo, muchos de ellos dejaron de entregar leche por falta de pago, lo que agravó la caída productiva.
A pesar de haber evitado el remate de 700 toneladas de quesos el año pasado, la empresa sigue sin encontrar una solución sostenible. Las negociaciones con potenciales inversores no han dado resultados concretos, y el futuro de SanCor parece cada vez más incierto.