En medio de las negociaciones para acceder a un nuevo préstamo del FMI, el gobierno de Javier Milei decidió apostar por un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) en lugar de una ley. La maniobra, que busca evitar el trámite parlamentario ordinario, solo perdería vigencia si ambas cámaras del Congreso lo rechazan.
La Oficina del Presidente anunció la decisión en la red social X: “Tal como se comprometió el presidente en la apertura de sesiones ordinarias, se dictará y remitirá al Congreso Nacional un DNU para obtener su apoyo en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional”.
Condiciones y advertencias del FMI
Mientras la Casa Rosada acelera la firma del acuerdo, el FMI dejó en claro que cualquier desembolso dependerá de un ajuste aún más profundo en las políticas fiscal, monetaria y cambiaria. “Hay un entendimiento compartido sobre la necesidad de continuar adoptando un conjunto consistente de políticas”, declaró la vocera del organismo, Julie Kozack.
La funcionaria evitó confirmar montos y plazos, pero dejó flotando una exigencia clave: “El respaldo político y social es fundamental”. Un mensaje directo a la interna argentina y a la incertidumbre sobre el respaldo legislativo.
Caputo desmiente, pero avanza
Desde Economía, Luis Caputo intentó desactivar los rumores sobre un pedido explícito de devaluación por parte del FMI. “El Fondo nunca pide una devaluación”, aseguró, aunque admitió que el programa sigue en marcha y que se cerraría antes de mitad de año.
Caputo también trató de calmar a los mercados ante la fuga de capitales y la volatilidad del carry trade: “El programa incluirá fondos frescos para recapitalizar los activos del BCRA, pero sin aumentar la deuda bruta”.
Congreso en segundo plano
La estrategia del Ejecutivo es clara: sortear el Congreso con un DNU que, salvo rechazo expreso de ambas cámaras, entraría en vigor de inmediato. Sin embargo, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, advirtió que el plan tiene sus límites. “El Fondo requiere la institucionalidad y seguridad jurídica de que el acuerdo sea aprobado conforme a la legislación argentina”.
En los pasillos de la Casa Rosada ya se habla de un plan B si el decreto no prospera. El antecedente de 2018, cuando el FMI reconoció que el acuerdo con Mauricio Macri subestimó el impacto del dólar y puso en riesgo su propia estabilidad financiera, pesa en la negociación actual.
El fantasma del déjà vu
Según el banco UBS, el nuevo desembolso podría rondar los 20.000 millones de dólares, suficientes para cubrir los vencimientos de capital e intereses hasta el final del mandato de Milei. En su discurso ante el Congreso, el presidente defendió la necesidad del préstamo como una herramienta para “sanar el camino hacia un esquema cambiario más libre y eficiente”.
La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner no tardó en reaccionar. Con ironía, resumió el sentimiento de quienes ven en esta negociación un déjà vu del ciclo macrista: “Otra vez sopa”.