Cada muerte por la inseguridad duele. Duele más cuando es una niña. Pero duele el doble cuando desde el oficialismo intentan hacer marketing con el dolor, proponiendo “soluciones” que no existen. “Cada muerte es el 100% de la estadística”, dijo Sergio Massa, marcando la gravedad del problema.
Mientras los bonaerenses exigen respuestas, Milei, acorralado por el escándalo de la estafa que reveló The New York Times, propone una intervención federal en la provincia de Buenos Aires. Es decir: una medida desesperada para tapar su propio fracaso. “No resuelve el dolor de las víctimas ni la crisis de seguridad”, sentenció Massa, quien pidió a legisladores e intendentes respaldar al gobernador Axel Kicillof frente al embate libertario.
Pero la seguridad no es el único frente de la avanzada autoritaria del Gobierno. Esta semana fue la más oscura de los últimos años: el Congreso cerrado a la prensa, jueces designados a dedo y jura en secreto, recorte de derechos sin debate legislativo. Cada movimiento confirma lo mismo: el oficialismo no cree en las instituciones, sino en el circo.
El asesinato de la pequeña Kim reveló, además, las fallas de la Justicia. “Vemos en el dolor de la familia el fracaso del sistema judicial”, señaló Massa, quien ordenó a sus legisladores impulsar el juicio político a la fiscal que pidió la liberación del asesino.
La solución no es más show ni más discursos de redes sociales. Es tiempo de un Estado ágil, con policías locales y centros de monitoreo unificados. “Respuestas concretas para problemas concretos. Sin chamuyo”, cerró Massa. Algo que, evidentemente, en la Casa Rosada no están dispuestos a hacer.
Cada muerte por la inseguridad duele, y duele muchísimo más cuando se trata de una niña. Y más todavía cuando quieren usarla para sacar rédito político, proponiendo soluciones imaginarias a problemas reales y concretos. Cada muerte es el 100% de la estadística.
La seguridad es…
— Sergio Massa (@SergioMassa) February 28, 2025