El concejal oficialista Agustín Neme defendió con vehemencia la política de seguridad impulsada por el intendente Guillermo Montenegro, dejando en claro su postura sobre el accionar de la Comisión Provincial por la Memoria y el tratamiento de la delincuencia en Mar del Plata.
En su intervención, Neme recordó la discusión sobre el sistema de reconocimiento facial para prófugos y criticó las acusaciones de “fachos” dirigidas a la gestión municipal:
“Me acuerdo cuando discutimos acá el sistema de reconocimiento facial del prófugo de la justicia. También nosotros llevamos unos fachos, queríamos perseguir a las personas. Un intendente quería una patrulla municipal, la dotó de herramientas, la capacita para enfrentar a, sí, trapitos que violentan a los vecinos permanentemente en nuestra ciudad, personas que se quieren adueñar de una plaza, personas que generan delito constantemente. Y también somos unos fachos.”
En su arenga, el concejal continuó con un tono desafiante:
“A uno que le digan fachos por permanentemente tratar de poner a disposición herramientas que vayan contra los delincuentes, porque los delincuentes hay que enfrentarlos. Si eso es ser facho, discúlpenme la expresión, no sé, seré deportivo facho, pero no me interesa.”
Neme también arremetió contra la Comisión Provincial por la Memoria, cuestionando su accionar y sugiriendo que tiene una “memoria selectiva”:
“A mí estas notas la verdad que me dan vergüenza, porque nosotros estamos acá circunstancialmente, pero en el futuro están nuestros hijos, nuestros nietos, y hay gente como esta de la Comisión Provincial por la Memoria que te entrega estas notas hablando de un romanticismo de la delincuencia, pero no que recibimos una sola nota cuando asesinan a un vecino, cuando violentan a una familia en una casa. Entonces, ¿la memoria qué? Una memoria selectiva. Eso es la vergüenza de la Comisión Provincial por la Memoria.”
Mientras Neme expone este discurso encendido, el municipio de Montenegro sigue sin dar respuestas a los reclamos de los vecinos por la falta de patrullaje en muchos barrios, el crecimiento de la inseguridad y el estado de abandono de espacios públicos. La insistencia en una narrativa de mano dura parece más un intento de polarizar el debate que de ofrecer soluciones reales.